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El Señor de Salazar

 

El Señor de Salazar es el tercer libro de la trilogía, aunque fue escrito el primero, hará unos diez años. Fue realmente el origen de la historia de Travis, aunque no apareciera en su primera versión.

Salazar es un pequeño pueblo situado al norte de Burgos, cerca de Villarcayo. Un pueblo sugerente, de esos que te atrapan, que se comunican contigo y que te inspiran. Defendido por la ladera de la montaña y vigilando el valle a sus pies, es un pueblo con mucha agua que da vida a una rica fauna. Ideal para el asentamiento humano y más en aquella época medieval donde se sitúa la novela.

Estamos a comienzos del siglo XIV, los templarios están siendo perseguidos y huyen en distintas direcciones con el fin de salvar aquello que ellos consideran de máximo valor. No sólo oro, plata o joyas. Sobre todo, libros y conocimiento.

Allí llega el recién nombrado señor de esas tierras, Rodrigo de Aguirre. Poco se sabe de él, aunque parece tener origen en tierras castellanas sin concretar. Lo que sí es conocido es que ha servido al Papa Clemente V hasta la muerte de este, acaecida pocos meses antes.

Unas tierras pobres, casi abandonadas, donde sus habitantes apenas sobreviven a la propia vida y a los saqueadores que, con alguna frecuencia, se llevan lo poco que logran reunir. Rodrigo trae riqueza suficiente para cambiar su suerte y la de todos los que le acompañan. Pero también trae consigo un pequeño ejército, acostumbrado, como está, a guerrear y hacerse valer.

Y eso puede que los nobles de la zona no se lo perdonen.

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